domingo, 9 de octubre de 2011

Aquí y ahora.

La una y veinte marca mi reloj, las lágrimas siguen cayendo, y los temblores de voz, siguen descendiendo. No hay nada mejor como sentirse sola. No sé ni como coño sigo aquí, será por las pocas personas que siguen ahí aguantando día tras día, y a las que les agradezco todas y cada una de las cosas que han ido haciendo por mí. Y es que, quieras o no, llegas a un punto que ya no puedes más. Ese momento, ha llegado. ¿Lo que menos me importa ahora? Lo que pueda poder pensar la gente. Ahora mismo, no tengo paciencia ni mucho menos dolor, por esas personas. Me veo distinta, bastante más madura que otras que tienen 16 años o 17, y lo único que piensan es en el que dirán. Pues no. Tengo casi 14 años y te aseguro que mi puta vida ha estado más marcada por malos momentos, que la de cualquier pava que solo piensa en como se maquillará al día siguiente. Me hace tanta gracia.. Me caigo, me levanto, sonrío, soy feliz, discuto, me resbalo, consigo cogerme a una barandilla, vuelvo a caer.. Parece que me hayan puesto una puta trampa. Ya no soy capaz de salir. Esto es como un agujero, que poco a poco, se hace grande y grande, hasta que caes dentro de él, ya no puedes salir. Por que en mi vida, ahora no están las personas que yo creía que estarían, y están las que menos me esperaba que seguirían ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario