Y lo ves llegar a lo lejos recién levantado, con su sonrisa en la cara, esa cara tan bonita como la de un niño pequeño, y te sonríe, como aquella primera vez, con la misma sonrisa con la que te robó el corazón aquella tarde y piensas: ¿Dios mío, como lo puedo querer tanto?
- Simple : Él es tu soplo de felicidad díaria, tus ganas de sonreir al despertar, el hombro que siempre tienes para llorar y tu vida entera.
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