miércoles, 7 de septiembre de 2011

- once de junio.

Es tan fuerte lo que siento, que en mi imperia la necesidad de no separarme ni un solo instante de ti. De todo lo que tu supones, de tus besos, caricias, los te quieros que susurras en mi oido, todo aquello que a hecho que yo de ti me enamore. Y seria capaz de seguirte, al fin del mundo, a otra vida, al cielo o el infierno, donde fuera, si en todo momento yo supiera que iba a estar a tu lado. Por este sentimiento que hindunda todo mi ser, en ocasiones al pensar que un día quizas quieras marcharte y no quieras que yo este a tu lado, me entra un fuerte dolor, y todo el miedo que se pueda albergar llega a mi e irrumpe destrozando cualquier síntoma de felicidad.Tras ese vendaval, llegas tu, como si fueses la calma personificada y me haces saber que eso jamás ocurrirá. Puede que con el paso del tiempo, eso no sea asi, pero ahora lo importante es que tu y yo creemos en que sí que sera asi, y que se puede creer en algo que suceda más alla del tiempo, algo en cierto modo eterno.Y antes de finalizar con este escrito, he de pedirte que cuando te diga que no me ames, amame más aun. Cuando te diga que te alejes,  que no quiero escuchar tu voz, me grites que me quieres. Y que si el silencio ocupa nuestro tiempo, tu me beses de forma casi enfermiza y el sonido de nuestros labios juntándose, elimine todo aquello que no sea felicidad y amor. Te quiero. 

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