domingo, 1 de julio de 2012

Admito que vale la pena.

No sé si es por esos ojitos suyos, si son sus risas perfectas, o sus timidas y pícaras sonrisas, esa nariz respingona, esos gestos tan graciosos, creo que a pesar de mirarme él más a mí yo conozco cada parte de él mejor que si hubiera pasado toda una eternidad estudiándolo, no sé que será lo que me tiene tan atada a él, puede que sea todo en general o nada en particular, quizá sean esos preciosos viernes a última hora, tras la rotonda todo es tan mágico y su sonrisa parece aún más perfecta... no puedo evitar sonreir cuando recuerdo lo serio y tierno que me miraba, es precioso... sino cuando se sonroja... Tampoco me voy a detener en pensarlo. En lo que si me tengo que detener a pensar es en qué tengo que hacer para no perderle, para que pueda ser feliz a mi lado, para que no se arrepienta de ningún segundo de su vida, para que me quiera más que ayer. Creo que nunca me he propuesto algo tan arriesgado, pero él será mi recompensa, y admito que vale la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario