viernes, 30 de marzo de 2012
Sin pensar en el mañana. Olvidando el ayer. Disfrutando a cada segundo del presente, exprimiendo cada minuto. Acogía las mañanas con una bonita sonrisa, su sonrisa. Derrochaba optimismo y pisaba con seguridad. Ya no era la misma que había conocido dos años atrás, no quedaba rastro alguno de ella.Las dudas la habían abandonado y la seguridad la había abordado. Era increíble. Casi irreconocible. Desprendía una luz que la hacía mucho más guapa de lo que ya era. Su pelo, su forma de andar. Parecía otra persona. Pero era ella, ella. La chica de siempre. La chica tímida de las deportivas baratas. La de los ojos pequeños y las medias sonrisas. La chica de la que un día me enamoré. La que hoy volvía dispuesta a alegrarme los días.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario