viernes, 20 de enero de 2012

Eres una jodida droga, siempre vuelvo a recaer.

 Puede ser el día más gris de todos y sólo tiene que aparecer él para ponerle un toque de color. Y se acerca y te adentras en el perímetro de su boca, haciéndote un rincón a su lado. Y se queda quieto, con una sonrisa casi tan letal como el puro veneno que recorre por su cuerpo. Utiliza esa mirada que dice lo que los labios callan, y si miras bien, podrás ver más allá de lo que se muestra superficialmente, eso que la gente esconde en su interior, sentimientos. Sólo hay que saber mirar. Se acerca con sus besos adictivos y ese olor que te paraliza, que consigue hacer que las piernas te fallen. Y entonces, te das cuenta que sabe leer tu mirada, que te roba en cada beso una palabra que guardas en el silencio, te das cuenta que te conoce mejor que tú.

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