No me importa quienes estén en contra, o quienes estén a favor, porque te quiero y no se elige a quién se quiere, ni mucho menos por qué. Mentiría si te dijera que no he pensado millones de veces que no te merezco, y no aguanto que sea así; sé que no te merezco, y no es porque te quiero menos, o porque te quiera más, sino porque no sabes lo que es ver día a día durante meses la persona perfecta a tu lado cada segundo, sin perder el tiempo; aprovechando cada instante por mínimo que sea; convirtiendo hasta once segundos en la eternidad más preciosa y perfecta capaz de existir; haciendo de un abrazo el mayor apoyo posible y el regalo más cálido y frágil. Y es que no te importa verme por las mañanas, que seas tú quien me despierte, con la cara sin lavar y todavía sin peinarme, los ojos llorosos y bostezando, ¿pero sabes?, me encanta que seas tú lo primero que vea cada mañana al abrir los ojos, porque eso no es lo que quiero, ni lo que deseo, verte, es lo que necesito. Quiero escuchar tu voz susurrándome entre las sábanas con la luz aún sin encender; haciendo por cada beso, una caricia, por cada caricia, una sonrisa, por cada sonrisa, un beso, por cada beso, un te quiero, por cada te quiero, más de tres millones de sensaciones distintas; todas ellas impresionantes, increíbles, apasionantes, indescriptibles... sensaciones que tan sólo podemos entender nosotros, sensaciones que la gente sería incapaz de comprender, porque lo que nosotros tenemos, nunca jamás lo tendrá nadie; como nosotros queremos, no puede quererse nadie y nunca podrán hacerlo.
+ ¿ves la luna?
- sí, ¿qué pasa?
+ es igual de preciosa que tú.
TE AMO.
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